Argentina venció 1-0 a Ecuador en La Bombonera C …

Son 35 minutos de juego y la canción invisible y artificial baja de las gradas, que hasta entonces había hecho ruido frente a las gradas vacías de Bombonera, y de repente se corresponde con la realidad y deja de volverse loco: se escucha “Olé, olé, olé “Messi, Messi” y, aunque no hay voces reales en el campo de Boca cantando para felicitar al ídolo, su dinamismo, su fútbol y sus ganas son aplaudidos de la misma manera, a la distancia formal que exige la nueva normalidad. pelota. en estos tiempos de pandemia. Es que el astro azulgrana acaba de presionar al ecuatoriano Estupiñán hasta que agarre el balón, ya que Ocampos lo perdió intentando jugar por la derecha. Y ahí ocurre el milagro de la pandemia: cuando el locutor que representa al aficionado sintoniza con él, para celebrar el partido que muestra al mejor jugador del mundo al comienzo de su quinta aventura mundialista, quizás la última.

En un juego en el que los escenarios anteriores no cambiaron mucho cuando la pelota empezó a rodar -Argentina fue la iniciativa; Ecuador, para esperar, y en un debut de los Clasificatorios Sudamericanos con solo una práctica de fútbol para el equipo de Lionel Scaloni (y apenas un mes desde que Gustavo Alfaro nombró al buzo Tri), la mirada estaba emocionada después de Messi.

Si desde las casas argentinas se sueña siempre lo que pueda decir el capitán de la albiceleste, contra Ecuador Messi encendió los motivos de esta ilusión. Los dos partidos más claros de la primera parte -en un partido en el que Paredes y De Paul no estuvieron bien para conectar con la línea de ataque- los jugó el jugador rosarino y en ambos bajó al campo de la Albiceleste para ataques inaugurales. En el primero, a los cinco minutos, conectó con Paredes, que se convirtió en un gran avance que terminó en un córner. En el segundo, apenas cinco minutos después, la figura azulgrana sacó con él a dos jugadores de la banda derecha ecuatoriana y arrancó un partido que culminó con el despeje repentino de Estupiñán y el penalti sobre Ocampos.

Messi, al igual que ante Brasil y Uruguay, los dos últimos partidos (amistosos) antes de que se detuviera la pandemia, fue quien convirtió el penalti que le dio a Scaloni su primera victoria en su debut clasificatorio. Con su gol también impidió que su compañero Luis Suárez (que marcó el 2-1 ante Chile) se convirtiera en el máximo goleador de la histórica clasificación mundialista. Ahora, coinciden con 22 gritos.

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Esta jugada de Messi fue la mejor en el un 1 a 0 en el que la actuación masculina de Scaloni fue discreta, y se había deteriorado en la segunda parte, con un equipo aún más dividido, y un ecuatoriano que se animó un poco y no empató porque no había nada. Cuando el silbato anunciaba el final, en los hogares argentinos habría poco olor. Y ante esa pobreza de etapa que es un estadio sin aficionados, y ese cierre aburrido del once argentino, lo mejor fue Messi, una vez más, que se ilusionó con sus ganas y su fútbol al inicio de la aventura. en Qatar.


1 ARGENTINA:
Armani; Montiel, Martínez Quarta, Otamendi, Tagliafico; De Paul, Paredes, Acuña; Messi, Martínez, Ocampos. DT: Lionel Scaloni.

0 ECUADOR: A. Domínguez; Ferigra, Arreaga, Arboleda, Estupiñán; Ibarra, Gruezo, A. Franco, M. Caicedo; E. Valencia, Mena. DT: Gustavo Alfaro.

Estadio: Caja de caramelos. árbitro: Roberto Tobar (Chile). Propósito: 11m Messi (A), desde el punto de penalti. Cambios: 46m Preciado para Ferigra (E), 64m Plata para Ibarra (E), 65m Salvio para Acuña (A), 76m Alario para Martínez (A), 78m R. Ibarra para Caicedo (E), 82m Foyth para Montiel y Domínguez para Ocampos (A), 87m Estrada nga Mena (E).

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