Llegadas y salidas alrededor compra de vacuna rusa una vez más sacó uno problema durante mucho tiempo para el gobierno: comunicación. En Casa Rosada existe preocupación por las continuas dificultades que surgen al transmitir mensajes de diversa índole, y se agradecen las iniciativas para tomar las riendas. El diagnóstico general es que el problema, lejos de dar respuesta a cuestiones técnicas, es político.
La semana pasada estalló una crisis de comunicación después de que se hiciera público, a través de una transcripción, que el gobierno estaba negociando la compra de la vacuna rusa Sputnik. La especulación se extendió a través de los medios tradicionales y las plataformas digitales a medida que crecían los rumores. presidente Alberto Fernández terminado confirmando el acuerdo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en una entrevista con el medio ruso Sputnik Mundo, mientras que el Ministro de Salud, Guinness González García, Aclaró de qué se trataba en una entrevista radial y aparecieron varias versiones del carácter obligatorio de la vacunación.
“Se inició con un apagado de ‘Turco’ Asís, cuando se suponía que era cobertura institucional. La comunicación del gobierno es muy político y poco institucional, basado en las formas informales de cada ministro. Pero hay un intento de establecer una red. “Hasta ahora no se ha logrado”, dijo un alto asesor del presidente.
En el Ministerio de Salud hubo malestar por fallas de comunicación de información de tan alto impacto, donde la cartera de González García y Casa Rosada quedó en el centro de las preguntas, también como resultado del secretismo con el que viaje a rusia por el viceministro Carla Vizzotti y el asesor presidencial Cecilia Nicolini.
En rigor, una fuente de la cartera puso el problema en una situación generalizada que se arrastra desde el inicio de la administración y lo atribuyó al jefe de gobierno. “¿Era necesario comunicar el viaje? Es una cuestión de opinión. Pero la comunicación en la pandemia la tomó por los cuernos, desde marzo, la Presidencia. En este caso, por ejemplo, nos enteramos de la entrevista con la agencia rusa por parte de los periodistas”, dijo el funcionario. dialoga conmigo NACIÓN.
Lo que se dio a conocer con la vacuna no fue la primera crisis de comunicación que atravesó el Gobierno. Las dificultades se registran desde hace meses y el tema se debatió en varias reuniones. En agosto, después de la primera bandera, el presidente pidió a sus consejeros y ministros que salieran más a menudo para marcar la agenda de gobierno en los medios. La solicitud fue repetida y repetida en otras ocasiones.
Hace dos semanas hubo un nuevo llamado de atención, como consecuencia de los desacuerdos que emitieron actos cara a cara de Día de la lealtad y en el aniversario de la muerte de Néstor Kirchner. Lo mismo sucedió como resultado de mensajes contradictorios y confusos circulados por diferentes remitentes durante el acaparamiento de tierras en Buenos Aires y Entre Ríos, donde el cargo oficial sobre las acciones de los movimientos sociales, la policía bonaerense y el líder social Juan Grabois, aliado del Gobierno, a menudo eran contradictorios.
Las reflexiones con tono de autocrítica que se están creando en el Gobierno se manifiestan por diversos motivos. Uno de ellos es
estilo radial y personal,
al comunicarse, en nombre de
Alberto Fernandez. No solo en entrevistas con los medios sino a través de su cuenta de Twitter. El miércoles por la noche, Fernández utilizó esa red para descubrir detalles de negociaciones secretas con Rusia y aclaró la cantidad de dosis que se comprarán.
Esta tendencia, que se había manifestado durante la campaña y se confirmó tras la inauguración, sigue en pie cuando está a punto de terminar un año de gobierno. Es uno de los principales factores atribuidos a la falta de organización.
“Alberto concentra toda la comunicación y no ordena. Los ministros se reducen, pero hablan. Entonces aparecen los vencidos, que pueden traer problemas”. yo tha NACIÓN un hombre cercano al presidente. “Con un liderazgo de comunicación a un nivel tan alto, es imposible organizar algo, especialmente cuando hay una crisis sobre un tema”, agregó.
Paralelamente a los problemas de comunicación de la gestión, pero estrechamente relacionados, existe preocupación por la transmisión de mensajes del Frente de Todos como fuerza política gobernante. Varios funcionarios coincidieron en que en gran medida La desorganización proviene precisamente de la naturaleza de una coalición, donde conviven diferentes tribus y jefes. “Sin un único clímax claro, un liderazgo político unívoco, no hay forma de ordenar los mensajes”. Emprendió un alto funcionario, que observó con preocupación la campaña para las elecciones del próximo año.
La única herramienta unificadora, desde el inicio de la gestión, es un grupo de WhatsApp donde se distribuye la agenda diaria y se comparten algunas instrucciones de comunicación. “Sirve como un aporte, para estar pendiente, pero hay libertad para que todos trabajen en la línea que les parezca mejor”, dijo al medio una fuente del Massismo.
El Mandatario recibió recientemente, de las filas del Jefe de Gabinete, una propuesta para coordinar centralmente las acciones de distribución de los distintos espacios. Especialmente nosotros redes sociales, donde reconocen las deficiencias más graves. Al principio hubo algo de esperanza, que se desvaneció con los días.
“No se avanzó en nada, el lío es tal que cada pandilla tiene la suya. Además, somos conscientes de esto “Sería necesario golpear muchos hormigueros”. dijo una fuente del gobierno, refiriéndose a los centros de comunicación de Instituto Patria y Frente Renovador, y en segundo grado, grupos y movimientos sociales kirchneristas.
El diagnóstico negativo, enfatizan, nada tiene que ver con el campo de la comunicación institucional de la Secretaría de Medios de Casa Rosada, que funcionarios separado de fallas operativas. En cambio, responde a una pregunta de liderazgo. “Para tener una unificación se necesita liderazgo político, y aquí falta eso. “Todos somos iguales y estamos a la misma altura, y eso hace que las cosas no funcionen”. deslizó un asesor presidencial.
En cuanto a la comunicación digital, especialmente en las redes sociales, surgen comparaciones directas con la estrategia del gobierno anterior en las conversaciones sobre el problema. En las filas del Albertismo reconocen que el contraste con los mecanismos de Pro es claro, para bien o para mal.
Un concejal lo describió así: “Macri tenía mejor organización y concentración. Tenía un centro de canto en la Casa Rosada y daba clases de estilo comunicativo en la fiesta, en Balcarce. Alberto nunca promoverá algo así, está en su contra, su naturaleza “.
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