El ministro de Economía, Martín Guzmán, llegará mañana a la planta de Toyota en Ziminrate para ver el anuncio de inversión directa para los nuevos modelos Hilux y SW4 producidos por el fabricante japonés en Argentina.
La visita no es de extrañar dado que, en los últimos días, el ministro ha comenzado a mantener un diálogo más fluido con los empresarios. Esta semana, por ejemplo, asumió el liderazgo de la Asociación Empresarial Argentina (AEA) con el histórico presidente de la unidad, Jaime Campos, al frente y con figuras como Paolo Rocca, Alfredo Coto y Héctor Magnetto, entre otros.
Luego fue el turno de la reunión con el Consejo Agroindustrial que integra todos los sectores productivos del campo excepto Argentina Rural de Sociedad. La semana que viene continuará la redada empresarial. El Ministro, en esta etapa, quiere tener la voz de todos los protagonistas porque, entre otras cosas, su principal objetivo es completar la redacción de un plan plurianual que tiene previsto presentar dentro de 60 a 90 días y que consiste, en cierta medida grandes, en una estructura de compromisos fiscales y metas productivas que sientan las bases de un gran acuerdo económico nacional.
El plan se convertirá en un borrador que será presentado al Congreso y que el ministro espera que sea aprobado con la oposición tomando una siesta.
Se dice que la preocupación actual del Ministro de Economía está, quizás, más relacionada con la ruptura que con los problemas que la economía presenta día a día.
La otra preocupación, por supuesto, es la evolución del precio del dólar financiero. En los últimos 15 días, las recetas aplicadas para contener el dólar calculado con liquidación tuvieron éxito. Pero hay una realidad: si se hace una analogía con un paciente en el hospital, se puede decir que hay una mejoría, pero todavía está en terapia esperando resultados futuros. Los informes diarios son satisfactorios, la brecha es baja aunque sigue siendo muy alta.
Es decir, Guzmán debe seguir estabilizando al paciente y debe proceder con la medicación adecuada. Sabe que perder existencias es un problema y también sabe que las existencias son una buena herramienta, pero las existencias por sí solas no son suficientes. Entonces, lo que necesitas es tiempo.
El plan quinquenal plurianual, si se aprueba, podría mostrar a los inversores la base económica sobre la que se regirá el país a partir de ahora. La ambición es grande porque Guzmán tendrá que tratar con inversionistas para convencerlos de que Argentina se convertirá en un país creíble. El próximo desafío parece más grande porque no depende de él. De hecho, reparar la grieta no es tarea de Guzmán, pero cuantas más grietas, más daño sufrirá la economía. Y para esto, el ministro está al tanto.