Diego Armando Maradona Fue ingresado este lunes con anemia y deshidratación a consecuencia de una profunda depresión, algo que preocupa a su familia y seres queridos. Todo tiene un por qué y Detrás del Hospital Maradona se esconde una historia que empezó hace tiempo.
El primer pozo depresivo de Maradona fue en el pasado junio, como informa Infobae hoy. En cuarentena total por la pandemia de coronavirus, el 10 tuvo un colapso mental debido a conflictos familiares, agregado a ellos problemas de salud ya que después de la cirugía en la rodilla derecha perdió el movimiento. Excepto esto, ansiolítico y sus problemas con eso alcohol jugaron un papel importante.
Tu doctor Leopoldo Luque Esto lo motivó a recuperarse y retomó su actividad física, acompañada de una dieta que le hizo perder algunos kilos. Pero en las últimas semanas, volvió a sentarse. Nuevos roces familiares, deben aislarse y mantenerse prácticamente solo por estar en estrecho contacto con un presunto caso de covid-19 y nostalgia por no tener a sus padres en su cumpleaños lo tocan mucho.
Esto debería agregarse a la semana pasada desequilibrio en su dieta. Por la medicación que estaba tomando le dijeron que siguiera una dieta estricta, pero por su estado de ánimo empezó a saltarse algunas comidas, no bebió la cantidad de agua indicada por sus médicos y continuó con su rutina. es físico. perdiendo energía que no se estaba recargando con su comida.
El viernes, en su décimo cumpleaños, experimentó algunas emociones. Estaba con sus hijos Diego Fernando, Jana, Gianinna y su sobrino Benjamín, y por la tarde, a pesar de las recomendaciones, buscó salir a la cancha después de que su equipo, Gimnasia, debutara ante la Junta. Desde su entorno comentaron que consiguió una dosis más alta de lo habitual de su medicamento porque estaba muy nervioso y ansioso.
Pasó solo unos minutos en el Lobo Stadium, recibió un premio de la AFA y regresó a casa. Allí vio el partido en la televisión y acaba de terminarlo. se fue a dormir sin cenar. Las cosas no cambiaron durante el fin de semana y el lunes sonaron las alarmas. Su médico vio ese error y sugirió la hospitalización.
“No quiero que me hospitalicen durante un mes”. era la preocupación de Maradona. “Además tengo que correr el domingo”, sumado a la indirecta en el duelo entre Gimnasia y Vélez por la segunda fecha de la Copa de la Liga Profesional. Allí el Dr. Luque subió al escenario: “Ven conmigo, el domingo no correrás, pero jugarás”, dijo.
“Le dije, ‘Che, Diego, vamos a una clínica, deberías estar mejor’. Me dijo: “No me dejes el jueves. “Hasta que me dijo: ‘Bueno, vamos’. Es un control general. Diego está bien, pero podría estar mucho mejor. “Es una propuesta terapéutica que acepté”, concluyó el neurólogo.